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Granja avicola

Granja avicola.

GRANJA AVICOLA, el negocio

La instalación de una granja avicola es un buen negocio en la actualidad, ya que no requiere una gran inversión, o es de tipo medio digamos, y genera un rápido retorno de caja.

Antes de continuar leyendo puede calcular EL COSTE de su nave   marcando en el recuadro.

Estas serían las principales ventajas de una granja avicola:

  • La inversión genera un flujo de caja muy rápido.
  • No requiere inversión tecnológica sofisticada o costosa.
  • No requiere mano de obra especializada y es muy económica.
  • El proceso de producción se sencillo.
  • El tiempo necesario para producir es corto (45 días).
  • El producto se transporta fácilmente.

Mercado para una granja avicola

Según REGA.- Registro General de Explotaciones Ganaderas, el número de aves tipo broiler de carne sacrificados en España ha sido el siguiente:

  • Año 2001: 606.583.000 aves.
  • Año 2002: 591.783.000 aves.
  • Año 2003: 597.829.000 aves.
  • Año 2004: 571.340.000 aves.
  • Año 2005: 572.649.000 aves.
  • Año 2006: 556.861.000 aves.
  • Año 2007: 591.394.000 aves.
  • Año 2008: 584.815.000 aves.
  • Año 2009: 573.772.000 aves.
  • Año 2010: 594.158.000 aves.
  • Año 2011: 603.747.000 aves.
  • Año 2012: 604.962.000 aves.

En total hay actualmente (2014) unas 14.000 granjas avícolas (en general), de las cuales se calcula que cierra unas 900 al año, por estar obsoletas y no ser rentables, y se construyen unas 1000 granjas avicolas por año con los últimos avances en eficiencia energética y bienestar animal.

Como podemos ver es un negocio al alza, ya que por la crisis en primer lugar, y por las exportaciones en segundo lugar, la demanda de carne de pollo ha aumentado mucho en los últimos años, y se espera que siga creciendo antes países como China cuya demanda se espera que crezca espectacularmente en los próximos años, sin que haya carne de pollo suficiente en el mundo para atenderles.

De media se sacrifican en España 100.000 pollos por granja avicola y año. Se estima que que se producen 6 camadas por año por granja, siendo el tamaño medio por cada explotación (medio insistimos, entre explotaciones grandes y pequeñas) de 17.000 pollos.

Estos serían los datos oficiales, pero según otros estudios privados, en realidad en 2009 la cifra es de 27.500 aves de capacidad media

España representa el 12% de la producción de pollos de carne dentro de la Unión Europea, y a su vez la UE representa el 11,5% de la producción mundial.

El 95% de la producción se realiza en granjas avicolas en integración, es decir, una empresa matadero que también fabrica el pienso, contrata con el ganadero toda su producción y a cambio le suministro los pollitos de cada camada, el pienso y los medicamentos. De esta forma la distribuye las tiendas finales (grandes superficies o cadenas normalmente) controlando la regularidad de la calidad de la carne.


Es el sector ganadero español más tecnificado, con un aumento en los últimos 25 años del 1% anual constante, en el número de cabezas sacrificadas, sobre todo por las exportaciones, con lo cual las perspectivas de futuro no pueden ser mejores para la persona que está pensando en invertir en un negocio seguro y a largo plazo, que dure en el tiempo.

Proceso de producción en una granja avicola

El ganadero recibe los pollitos con un día de edad y el pienso necesario, todo ello por parte de la empresa “integradora”, los introduce en su nave o granja avicola, y se encarga de su alimentación, medicación, limpieza, ventilación, humedad, control de temperatura, control de iluminación, retirada de aves muertas, residuos, etc.

Lógicamente el avicultor soporta los gastos de la amortización y del mantenimiento de la instalacion avicola, también paga la mano de obra que precise, si no la atiende él mismo en solitario, también soporta los gastos energía de calefacción, refrigeración e iluminación, cambia y paga la cama sobre la que descansan las aves, el agua, y por último carga los pollos cebados en camión y limpia la nave para empezar de nuevo. Ni qué decir que paga sus propios impuestos, tasas municipales, seguros, etc.

Al finalizar el periodo de cebo (de 35 a 55 días según el peso contratado con la integradora) el pollo es sacado de la granja avicola. A partir de ahí la empresa integradora se encarga de la transformación-envasado y de la comercialización.

Por su trabajo el avicultor recibe el pago de la integradora según lo pactado en contrato (normalmente un parte fija y otra variable según el llamado Índice de Conversión entre kilos de carne y pienso empleado.

El índice de conversión o índice de transformación varía de 1,8 kg.pienso / kg.carne, hasta 2 kg.pienso/kg.carne.

Esta variable dependerá del nivel de automatización para lograr un mayor bienestar animal, sobre el que influye la temperatura, la humedad, la ventilación, el estrés, su estado de salud frente a enfermedades y ácaros, ciclo de vigilia y sueño, etc., que es donde entra la pericia o habilidad del avicultor. En general digamos que un pollito no come si no se encuentra en perfecto equilibrio psíquico y de salud, y no asimila igual si está tranquilo a si está estresado, con la consiguiente variación del Índice de Conversion.

COSTES DE UNA GRANJA AVICOLA

Los costes de una explotación avícola se pueden dividir según sea su naturaleza o variación, en gastos fijos y en gastos variables. Así tenemos que los costes para una granja de producción de carne de pollo serían:

Gastos fijos

Se dan siempre, independientemente de si producimos o no, y son los siguientes:

  • Amortización de la inversión (contablemente hablando).
  • Impuestos de la finca o del edificio (como el IBI).
  • Salarios de empleados si no los pagamos en función de la producción. Por ejemplo si nosotros mismos o un familiar cercano trabajamos en la granja como única actividad, no podemos considerar estos salarios como variables, pues los necesitamos todos los meses.
  • Energía eléctrica, sin no depende de la producción, como por ejemplo alumbrado mínimo, control a distancia de la seguridad (por ejemplo Prosegur), etc. (Normalmente en una granja avicola pequeña es cero)
  • Vigilantes diurnos o nocturnos, o guardas de control de entrada, etc. (Normalmente en explotaciones pequeñas su cotes es cero).

Gastos variables

Son directamente proporcionales a la actividad de los animales, y serían los siguientes:

  • Gastos energéticos: Calefacción, refrigeración, iluminación y ventilación
  • Mano de obra propia de la producción: Carga y descarga de animales al entrar y al salir.
  • Renovacion de la yacija o cama de la nave.
  • Sanitarios como vigilancia y tratamientos veterinarios.
  • Operaciones de desinfección, desinsectación y desratización.
  • Amortizaciones de maquinarias de la instalación según envejezcan y se estropeen.
  • Mantenimiento a base de pequeño material y de útiles propios de la granja.
  • Seguros sobre la muerte de los pollos, por la retirada de sobrantes de medicamentos y sus envases, por la propia granja avicola y la explotación en general, y otros seguros más.

Por último hay que hacer unas observaciones sobre el día a día de la granja, como por ejemplo el stock de materias primas, ya que debemos tener un dinero reservado para consumos que pagamos y no utilizamos en ese momento, sino que se van gastando a los largo del tiempo, como por ejemplo el propano de calefacción, medicamentos, cascarilla de arroz para la yacija, etc. Son gastos importantes momentáneos, pero que en realidad acabarán siendo variables a lo largo del tiempo. Sólo es parte del costo cuando lo utilizamos en la granja avicola o explotación avicola, pero hemos tenido que desembolsar un dinero, adelantarlo, y por tanto inmovilizarlo durante uno o dos meses.

Con la amortización pasa una cosa parecida, cuando cambiamos o sustituimos un equipo por envejecimiento o final de su vida útil, desembolsamos un dinero que debemos tener en nuestra contabilidad reservado para ese momento, y que sin embargo su plazo de imputación o reparto sobre la producción, no se refleja en las cuentas, o no se promedia más que al terminar el año.

Otra amortización de mayor importancia, consiste en la amortización del propio edificio e instalación, en el sentido que debemos ir guardando en el banco una cantidad de dinero, para la futura reposición a los 10 ó 15 años de paneles aislantes de fachadas y cubiertas, o del suelo radiante si lo tenemos o lo vamos a instalar en la futura renovación de la granja, ya que las granjas y su envolvente envejece, o se queda obsoleta porque los requerimientos futuros sean más exigentes, por tanto debemos ir ahorrando un dinero según el plan de contabilidad, para que a largo plazo podamos renovar o sustituir la envolvente, o mejorarla y volver a ser competitivos en aquel momento.


Hay que pensar que la explotación avicola que montemos hoy, es rentable con los parámetros y avances técnicos de hoy en día, con los requerimientos sanitarios o de bienestar animal de hoy, pero el día de mañana, estas condiciones cambiarán, y para no quedarnos desfasados o no ser rentables, tendremos que renovar parte de la envolvente del edificio.

Otra forma de verlo es que mensualmente, debemos realizar el pago de cuotas del préstamo hipotecario que solicitamos al comienzo, si no teníamos recursos económicos propios. Una vez terminado de pagar por haberlo aplazado a 10 ó 15 años, tendremos que volver a pedir otro préstamo para renovar la envolvente de la instalación y las máquinas más “costosas”.

Por último hay que hablar de lo que se llama la “economía de escala”, que nos indica el coste por kilo de carne producido, cuando estamos a pleno rendimiento, cuando la instalación ha alcanzado su máximo de capacidad prevista. Por ejemplo el gasto del operario destinado al cuidado y vigilancia de la granja avicola, considerándose hoy día como ideal el emplear a una persona por cada 4100 m2 de naves en jornada laboral normal o “legal”, que puede por tanto llegar a atender unos 56.000 poyos a la vez, excepto cada 2 meses y puntualmente, que para cargar los camiones con el pollo cebado, y para descargar los nuevos pollitos, necesitaremos una ayuda extra y puntual, ya comentada anteriormente.

Falso techo en granjas avicolas

Partiendo de la idea de que nosotros, en lo que somos especialistas es en la estructura y en la envolvente térmica de las granjas avícolas y no en instalaciones, sí podemos afirmar por nuestra experiencia, que el falso techo no es necesario, y que basta un panel sándwich de una sola capa de 40 ó 50 mm, para conseguir el mismo efecto.

En realidad el falso techo en una granja avicola es una moda que se da en la mitad norte de España, mientras que en la mitad sur no se pone casi nunca. Los nuevos avicultores ponen lo que ven en otros o lo que les recomiendan. Sin embargo de la mitad de España para abajo no se suele poner y esto nos debería hacer que pensar, es decir, si tan importante es para la circulación del aire, ¿Por qué no lo es en la mitad sur de España?.


Los instaladores que aconsejan poner falso techo en una granja avicola lo hacen por dos razones fundamentalmente:

.- Porque creen que el aire es frenado por las correas del techo y no circula adecuadamente.

Nuestro director técnico, es ingeniero superior aeronáutico especializado por tanto en la circulación del aire, y afirma que esa creencia no es del todo cierta. El hecho de que con las sondas de humo, dicho humo se difunda en el interior de una granja avicola de forma diferente con o sin falso techo, no significa que no se barra o no se reponga correctamente el aire interior de la nave. Esto no depende de que haya o no presencia de correas en el techo.

El aire al encontrarse con las correas se vuelve más turbulento, pero eso también es bueno para difundir los gases del amoniaco y barrerlos mejor, más uniformemente de toda la nave avicola. En cuanto a la potencia necesaria de los ventiladores, apenas se nota la diferencia en el recibo eléctrico, ya que el aire circula muy despacio en interior de la nave y eso apenas consume más energía porque haya o no correas “a la vista”.


.- También alegan que se puede retener y estancar el agua de la limpieza de la KARCHER en el ala inferior de las correas de las granjas avicolas, cada vez que se limpie el techo, y que podría provocar concentración y proliferación de infecciones (proceso similar a la legionela de los hospitales humanos), pero también el argumento en contra es que el agua y las bacterias se meten hasta en las uniones entre paneles del falso techo, y sólo si fuera completamente estanco, liso y continuo, esto no pasaría.

Esto es un poco como el que se fija en cosas sin importancia, cuando si lo pensamos bien, en la propia yacija o cama de cáscara de arroz del suelo de la nave, la concentración de bacterias es muchísimo más elevada que en el techo, al estar los animales en contacto directo con ella, absorber humedad de lo que cae de las tetinas o de los propios difusores de humedad, o porque la absorbe la cascarilla directamente del ambiente o de la solera, además de estar el suelo lleno de los excrementos, etc., etc. Por tanto la fuente de infección es enormemente más alta aquí en el suelo en una granja avicola, que hay alimento para las bacterias, humedad, y temperatura, así como que representa un medio muy directo de transmisión entre los animales. Es enormemente más alta que en el techo, arriba en las correas.


Si nos ponemos exigentes en el techo, obviando u olvidando el suelo de la nave avicola como decimos, para que no se almacene el agua en las correas, se puede utilizar tubo cerrado o algún tipo de correa que ya se está utilizando por algunos fabricantes de correas, consistente en no tener labio vertical hacia arriba, en la parte inferior de la correa, sino labio hacia abajo. Pero se busca más que no haya oxidación del acero largo plazo, que solucionar el hipotético problema de la concentración de bacterias.

Un solución sencilla es pedir las correas tradicionales taladradas en su ala inferior, pues de esta forma cuando limpiemos las correas con agua a presión en toda la granja avicola, dicho agua se evacúa al suelo por dichos taladros.

Por todas estas razones expuestas, el falso techo no es necesario, e incluso hay instaladores de fama mundial que no lo recomiendan, porque tampoco lo ven necesario, representando un gasto extra sustancial debido a una simple “moda”.

Las paredes de una granja avícola

Una granja avícola no debe ser un elemento decorativo ni debe servir, estéticamente hablando, para presumir delante de nuestros amigos de la belleza de nuestra nueva industria o nueva propiedad, por lo tanto lo fundamental es buscar la máxima eficiencia desde todos los puntos de vista, energético o de manejo de la granja avicola.

AISLAMIENTO TERMICO.- Una de las cosas más importantes para nuestra granja avícola y nuestro bolsillo, es pensar en un buen aislamiento térmico de las paredes.

Desde este punto de vista, las paredes de una granja deben ser de panel sándwich metálico por dos aspectos fundamentales: Primero porque incorporan un inmejorable aislamiento térmico, ya que el poliuretano (el aislante) que incorpora el panel, se sitúa por el interior de la pared de forma continua, sin puentes térmicos, es decir, entre chapa metálica y chapa metálica, y el poliuretano es un aislante inmejorable en calidad y precio. Segundo porque entre las juntas de unos paneles con otros, el poliuretano está en contacto de un panel a otro a través de una pequeña goma-espuma elástica, que tiene como finalidad aislar térmicamente la junta, a la vez que es elástica para absorber las imperfecciones del propio panel en sus bordes, o las imperfecciones que se produzcan durante el montaje si no ha quedado bien apretado un panel contra el otro.

Es un grave error usar silicona entre los paneles, porque la silicona lo que hace es aplastar la junta de goma espuma y sustituirla digamos por el propio material de la silicona, que es más conductor térmicamente hablando. Por tanto lo que en principio parece un beneficio de estanqueidad para la granja avicola, lo que hace es estropear bastante el aislamiento térmico de la junta de los paneles, y ciertamente hay muchas uniones de paneles en una nave avícola.

Resumiendo, en una granja avicola es mejor una goma espuma gruesa y sana, que un sellado de silicona.

Naves avicolas

Granjas de pollos

Granjas de gallinas

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